Empresas energéticas como BP y Shell han publicado recientemente pronósticos de tendencias sobre el desarrollo energético global. Si bien los detalles de los cálculos relevantes difieren, las principales instituciones del sector energético avanzan básicamente en la misma dirección.
Este artículo extrae algunos de los puntos del informe relevante e intenta analizarlo y explicarlo:
En primer lugar, expertos y ejecutivos de importantes empresas del sector han enfatizado la importancia de la protección ambiental y la responsabilidad social. Reducir las emisiones de carbono es un objetivo común de la industria energética y los departamentos de políticas nacionales. La conservación de la energía y la reducción de emisiones han sido un tema candente en la industria en los últimos años. Esto también ha reflejado su influencia en la cambiante estructura energética.
Si tomamos el carbón como ejemplo, si bien es una fuente de energía relativamente fácil de usar y desechable, los gobiernos y las compañías energéticas lo reprimen debido a sus altas emisiones de carbono. Por otro lado, la promoción de las energías renovables no se debe a su mayor viabilidad económica y técnica, sino a la demanda mundial de conservación de energía y reducción de emisiones.

(Fuente: BP Energy Outlook, edición 2019)
Conclusiones como esta pueden generar dudas. Por lo tanto, nos preguntamos por qué se está frenando la demanda de energía futura.
En primer lugar, debemos comprender las principales razones que impulsan el crecimiento de la demanda energética: sin duda, el desarrollo económico es el principal motor del consumo energético, y una mayor producción de energía, el comercio y un entorno de vida y trabajo más confortable requieren más energía. Otro factor que impulsa el consumo energético es el crecimiento de la población mundial. Todos somos consumidores finales de energía. A mayor número de usuarios, mayor demanda. Al mismo tiempo, a medida que más personas de bajos ingresos en todo el mundo superen sus dificultades y se conviertan en personas de ingresos medios, su consumo unitario de energía también aumentará, y el consumo total de energía se incrementará aún más.
Sin embargo, solemos descuidar otro factor clave que afecta la demanda energética: el desarrollo tecnológico. Este ha afectado la eficiencia energética. Desde las máquinas de vapor hasta los motores de combustión interna, el aprovechamiento de la energía ha mejorado considerablemente, reduciendo así su demanda. Asimismo, gracias al desarrollo tecnológico, podríamos utilizar menos materias primas para obtener más energía, lo que reduciría aún más la demanda energética.

(Fuente: BP Energy Outlook, edición 2019)
Como se muestra en el gráfico anterior, debido al crecimiento decreciente de la población mundial y al rápido crecimiento de la utilización de energía, la tasa de crecimiento energético global ha caído del 2% anual en los 20 años anteriores al 1.2% en los próximos 20 años.
Geográficamente, China desempeñará un papel importante en la futura estructura energética mundial, y la cambiante oferta y demanda de energía está afectando al mundo. La demanda china de consumo de energía industrial se ha desplomado. Si bien su consumo de energía industrial se ha triplicado en los primeros 20 años, alcanzará su punto máximo alrededor de 2025 y luego experimentará una tendencia a la baja.

(Fuente: BP Energy Outlook, edición 2019)
Sin embargo, la disminución de la cifra anterior no implica que la economía china esté estancada. Al contrario, la razón de la reducción del consumo reside en una mayor eficiencia de la capacidad existente, políticas de reforma orientadas a la oferta y la transformación y modernización industrial (de industrias con uso intensivo de energía a industrias terciarias).
Además, aunque el crecimiento del consumo energético general de China está a punto de desacelerarse, su volumen total se mantendrá en una posición de liderazgo. El mercado energético chino duplicaría el de la India para 2040.
En términos de tipos de energía, aunque las energías renovables y el gas natural están creciendo fuertemente, el petróleo aún mantiene la posición número 1 en demanda única de energía y mantiene una tasa de crecimiento del 0.3% anual durante más de 10 años.

(Fuente: BP Energy Outlook, edición 2019)
En poco tiempo, ninguna fuente de energía podría reemplazar la posición dominante del petróleo. Este desempeña un papel importante en nuestra estructura política y económica gracias a su estable capacidad de producción, su madura cadena industrial, su infraestructura y sus productos de consumo final, inseparables de nuestras vidas.
El suministro constante de petróleo requiere una inversión de capital sostenida. Desde la exploración, la producción, el procesamiento y la refinación hasta la formación del producto final, cada proceso requiere una inversión considerable. En comparación con el bien desarrollado proceso de procesamiento y refinación en tierra, la exploración y el desarrollo de los yacimientos petrolíferos marinos requieren una inversión mayor y más frecuente.

(Fuente: BP Energy Outlook, edición 2019)
La figura anterior muestra la oferta y la demanda de petróleo en diferentes escenarios. Se estima que la demanda de petróleo alcanzará entre 80 y 130 millones de barriles diarios para 2040. Si se mantiene la capacidad actual y no se exploran y desarrollan nuevos yacimientos petrolíferos, la capacidad de producción mundial se reducirá a 35 millones de barriles diarios para 2040. Por lo tanto, se invertirán al menos billones de dólares en los próximos 20 años para cubrir la brecha entre la oferta y la demanda en el futuro.
La energía es un factor importante que sustenta la prosperidad y el desarrollo de la sociedad humana y es inseparable de todos los aspectos de nuestra vida. Si bien su evolución futura se ve afectada por numerosos factores, aún podemos predecir su futuro basándonos en el desarrollo histórico y el statu quo.